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Pueden ser confundidos por verrugas, no son contagiosas y debe ser eliminados por el dermatólogo ya que será la persona más idónea para diferenciarla entre un lunar, una verruga, un acrocordón u otros tumores benignos ya que cada uno se trata de forma diferente.

Aunque no se sabe la causa exacta se ha asociado con predisposición genética, sobrepeso, pacientes con diabetes mellitus y aumento de la posibilidad de aparición con la edad. Pueden provocar molestias por roce, torsión, traumatismo o sangrado, y ser un motivo para extirparlos.

Es necesario evitar remedios caseros o automedicarse ya que podemos generar quemaduras y cicatrices que se pueden evitar si se realiza el tratamiento adecuado. Existen múltiples tratamientos como la cirugía, electrocoagulación, crioterapia o láser. Pueden reaparecer con el tiempo y requerir nuevamente tratamiento.